La Fundación Fratres Sumus es un proyecto educativo que promueve la dignidad humana, la fraternidad y el servicio, con el objetivo de concientizar a la sociedad sobre nuestra responsabilidad de ser hermanos y trabajar por el bien común.
El equipo fundador de Fratres Sumus fue parte activa del proyecto de evangelización Éxodos Juveniles entre los años 2012 y 2018. Durante este tiempo, se llevaron a cabo retiros y formaciones en áreas rurales y zonas periféricas de Guatemala, en parroquias atendidas por la Fraternidad Misionera de María y otras parroquias diocesanas. También se realizaron experiencias en Honduras y Belice. Los símbolos que identifican a la fundación son el IKTUS y la CRUZ, símbolos de las primeras comunidades cristianas, que tienen una influencia significativa en la dimensión cristocéntrica de este proyecto educativo.
El contacto directo con los adolescentes en las áreas rurales y periféricas durante la evangelización juvenil permitió tomar conciencia de los problemas y desafíos que enfrentan, como la pobreza, la violencia, la falta de oportunidades laborales y educativas. Esta experiencia misionera fortaleció la convicción de que todos somos hermanos (Fratres Sumus) sin importar nuestra religión, cultura o situación económica, ya que todos poseemos la misma dignidad. El objetivo principal de la fundación es servir a la juventud, brindándoles esperanza a través del mensaje de Jesús. Durante los años 2014-2016 se estableció un proyecto educativo permanente, estructurado, programado, evaluado y sin fines de lucro basado en las experiencias de proyección social y eclesial de los Éxodos Juveniles, a través de este proyecto se busca priorizar especialmente a las adolescentes en etapa vulnerable, donde se toma conciencia de la identidad y se exploran los proyectos de vida.
Entre todas las necesidades actuales que muchos jóvenes viven en una realidad cada vez más complicada, se decidió priorizar la educación integral, como medio de superación personal y factor de desarrollo social. Dado que la etapa de la adolescencia coincide con la educación media, se decidió apoyar a señoritas en este ámbito. El programa de becas se inició en 2016, y se han sumado más becadas en los años siguientes, el equipo fundador no solo reconoció la necesidad de otorgar becas para cubrir los costos relacionados con la educación, como matrícula, útiles escolares, mensualidades, transporte y uniformes, sino que también se comprometió a ir más allá, además de proveer lo mencionado, la Fundación se propuso acompañar a las adolescentes en la toma de conciencia y construcción de su Proyecto de Vida, para lograr este objetivo se tiene que realizar acciones de suma importancia como por ejemplo:
- Se realizan visitas a las familias para conocer su contexto social y económico.
- Se llevan a cabo encuentros mensuales de crecimiento humano y espiritual
- Se brindan refuerzos académicos y apoyo psicológico profesional
- Se subsidian algunas familias con alimentos, ropa y medicamentos.
Los bienes comunes, desde el inicio, han sido fundamentales, ya que todos los miembros han aportado la totalidad de sus ingresos personales o donaciones según sus posibilidades, experimentando así la posibilidad de servir a través de una red Fraterna.
En 2018, el proyecto se formalizó debido a la creciente demanda organizativa y económica, se decidió abrir el proyecto educativo a más colaboradores que compartieran las mismas convicciones sobre la educación, por lo tanto, se propuso que esta experiencia de servicio tuviera un respaldo legal y una administración ordenada. En 2019, se inició el proceso de inscripción para obtener personalidad jurídica, aunque la pandemia retrasó su aprobación en el Ministerio de Gobernación, finalmente, el 9 de marzo de 2022, se emitió el Acuerdo Ministerial Número 88-2022 en el cual se otorgó el reconocimiento de personalidad jurídica y se aprobaron los estatutos de la Fundación. Desde entonces hasta la actualidad, la Fundación se ha organizado para brindar lo mejor en el servicio de Educación Integral a Adolescentes de familias de escasos recursos. Las convicciones compartidas han atraído a varias personas que se han sumado progresivamente, en la actualidad, la Fundación está integrada por una amplia Red Fraterna que incluye a los fundadores, un Consejo Directivo, un equipo técnico compuesto por una abogada, trabajadora social, contadora, auditora y comunicadora social, así como un equipo de tutores para refuerzos académicos, un equipo de acompañamiento psicológico y un equipo de comunicación.